ESP, sello reconocido por haber editado cuánta rareza se le cruzara (incluidos algunos discos de Charles Manson), no podía ser menos frente a esta big rareza y dejarla escapar.
En el verano de 1968, Jim Holmberg ofrecía un concierto en Washington. El concierto, como es de esperar cuando se habla de música y especialmente cuando se escribe chantamente sobre ésta, no dejó indiferente a nadie. Lo que hacía Holmberg en ese concierto no se parecía a nada escuchado anteriormente (puras pescás). O sea, no se parecía al típico folk de la onda Dylan ni tampoco a los sonidos psicodélicos que estaban poniéndose de moda en gringolandia en ese momento. De hecho, era una mezcla enrarecida de ambas "corrientes" (si me perdona el profe campusano), junto a unos aullidos incomprensibles y una sobrecarga de delays y reverbs. Cuento corto, los lolos de ESP en aquella época (que ahora deben ser unos viejetes con descapotable) no dudaron en fichar a Holmberg e invitarlo a editar un disco con ellos, con la condición de que reprodujera esa cosa tan "exótica" que habían escuchado y que, posiblemente, les haría conseguir más chicas y fama dentro del mundo "freak".
Así, en Enero de 1969 Holmberg ya estaba grabando su primer disco bajo el seudónimo de MIJ. Y para hacer esto bien bien freak, éste se grabó en sólo tres horas. El resultado fue - imagine buen imaginador- de lo más raro y lisérgico del universo. Pero todo tiene un por qué en el mundo de las leyendas. La idea es que Holmberg sufrió un accidente automovilístico y se partió el cráneo, lo que afectó su percepción auditiva. Esto, continuando con la leyenda, ayudó considerablemente al desarrollo y proceso musical de lo que hacía nuestro querido Jim. "Yodelling Astrologer", por lo tanto, es una consecuencia de este accidente que tan bien le hizo a nuestro desconocido héroe. A pesar de todo, el disco tiene un gran sonido y, si bien no es una cosa alucinante, el free folk que ofrece MIJ pareciera haber generado una serie de seguidores en el mundo freak de ahora (escuche Devendra Banhart y sabrá de lo que hablo). Buen disco.
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